20 de febrero de 2017

AGENDA DE VALORES (III)

LA GENEROSIDAD:
Las cosas u objetos que poseemos pueden disfrutarse de forma más intensa cuando los compartes con otros. Un buen ejemplo es un balón. En solitario, el balón puede servirme para entretenerme un rato. Pero está claro que el disfrute con él es mayor cuando me junto con otras personas, organizo dos equipos y comenzamos un partido. Lo mismo sucede con mis virtudes o habilidades. Si alguien es bueno en matemáticas le va a servir personalmente en la vida y eso es fantástico. Pero fíjate qué maravilloso placer puedes sentir, si esa habilidad matemática te mueve a explicarle cómo se resuelve un problema a un compañero de clase con dificultades. ¿Has pensado que alguna de tus habilidades puede beneficiar a otros?


UN CRIPTOGRAMA EN LA SAGRADA FAMILIA

Vamos con una curiosidad que relaciona religión y matemáticas. Viajemos a la ciudad de Barcelona para visitar el Templo de la Sagrada Familia del magistral arquitecto Antonio Gaudí. En concreto vamos a poner nuestra atención en una de sus fachadas.
Se trata del grupo escultórico que representa El beso de Judas. Identificamos fácilmente a Jesús, a Judas y a sus pies una serpiente que representa la traición. Pero fijémonos aún más en el siguiente detalle:

Se trata de un cuadrado mágico concebido por el escultor Josep María Subirats con el que nos vamos a entretener un rato. Los cuadrados mágicos son pequeños divertimentos matemáticos que consisten en situar los números de forma que sumen una determinada cantidad en todas sus direcciones. El que observamos aquí no cumple un requisito de los cuadrados mágicos perfectos que es que sus números no se repitan. En este puedes observar que faltan el 12 y el 16, estando sin embargo repetidos el 10 y el 14. Una licencia del autor “para que salgan las cuentas”.
Juguemos con él. Si sumamos cada línea horizontal obtenemos 33. Si ahora sumamos cada línea vertical de nuevo conseguimos el 33. Lo mismo con las diagonales, con las cuatro esquinas y los cuatro números centrales. Y así hasta encontrar según los expertos 310 combinaciones distintas. Pregunto ¿por qué 33? Seguro que lo habéis acertado, porque 33 es la edad que tenía Jesús al morir. El cuadrado está esculpido en la fachada que representa la pasión de Cristo. Os animo a que busquéis combinaciones de números que sumen 33.